lunes, 27 de julio de 2015

Poema: Lo Fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!




En cuanto a lo que narra y a lo que significa:

Habla de la muerte. Habla de la vida. Las contrapone. Es el grito del deseo de la muerte y el miedo a morir. El yo poético toma como dichosa la piedra por no sentir, pues no hay más martirio, más pesadumbre, que ser conscientes de la vida, del sentimiento de vivir. Podría tomarse como un poema existencialista, pero entendido dentro de las características del movimiento literario: El asco a la vida y una inmensa tristeza, acompañada de angustia y de melancolía.

Es también el sufrimiento de la vida y el mal que hace pensar en la muerte. La preocupación de que pronto todo va acabar, y ojalá acabe, pero ojalá no porque da miedo. Sufrir por lo desconocido. El miedo viene de ahí: de lo desconocido, de donde también viene el sufrimiento. Y la proximidad de la muerte, y el no querer morir por miedo, y el querer morir por hastío. Y por último la oposición más clara: la incertidumbre de no saber a dónde vamos y lo inexplicable de saber de dónde vinimos.

El Modernismo tiene muchas más características, que, para este análisis no eran imprescindibles. Sin embargo, gran parte del movimiento literario se sintetiza aquí, en este poema: En Lo fatal, lo fatal del tiempo y de la perspectiva de vida del hombre americano de finales del siglo XIX.