lunes, 6 de abril de 2015

La Fabula

El águila, la liebre y el escarabajo.

Una vez estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida, pidió ayuda a un escarabajo suplicándole que le ayudara.

El águila, la liebre y el escarabajo.

El escarabajo le pidio al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus huevos.
Zeus le ofrecio colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo lo sucedido, hizo una bola de estiércol que se asemejara a un huevo de aguila y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.
Entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad,  se levanto y tiró a la tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen los escarabajos.

Moraleja: Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario